martes, 18 de enero de 2011

COMENTARIO PERIODÍSTICO A PROPÓSITO DE LA ENTRADA DE VELAS Y FLORES DE SAN CARALAMPIO

B’EJALTIK (Muchos Caminos)


F. Darinel

“Escogí el camino de la verdad:
pongo a mi vista tus preceptos.
Estoy apegado a tus mandatos;
no me confundas, Señor.”

Salmo 119 (118)

(La Ley)

“DE TODOS”

LOS CAMINOS DE HOY

El primer trabajo

Escuche y discutí con unos amigos, durante el fin de semana pasado, sobre el interés que tiene el nuevo Consejo Ciudadano de Cultura, al que por cierto y con el mayor de los respetos de quienes los integran, creo que le faltan más jóvenes, pues esa inyección de energía y desbordado jubilo que solo lo tiene la juventud, también es necesaria para que este consejo no sea como decía un comercial televisivo de hace tiempo: “pan con lo mismo”. Apuntaba pues, que discutía sobre ese primer interés que tiene el nuevo consejo de cultura, el cual me parece muy apropiado y bueno, porque en realidad esa “entrada de velas y flores del 10” de febrero, es una de las tradiciones que son de las más representativas de Comitán.





Es nuestro

Me parece atinado que, inclusive el presidente municipal “Toño” Aguilar, esté también interesado en este rescate de tradiciones, más allá de la religión y la profesión de fe que cada quien tenga, pues como comentaba en una opinión pasada y sobre San Sebastián, estos intentos de rescate; que por cierto considero muy buenos, me parece que son como sacar de un baúl una pieza familiar que se quiere mucho, y que luego de que se sacó se limpie, se restaure y nuevamente se ponga en algún lugar, en donde nuevamente vuelva a lucir, así me parece este buen intento, que poco a poco se ha ido convirtiendo y degradando en un espacio de desfogues y sentimientos homosexuales reprimidos, un espacio que ciertamente es propiedad de la cultura y la tradición comiteca, y por tanto, y sin menosprecio a las personas con este tipo de tendencias y afectividades, no les pertenece, ni tampoco es una entidad cultural libre, de la cual se puedan apropiar, pues en ese caso, y dado que la constitución en las garantías lo consigna y permite expresarse libremente, pues bien pueden crear un desfile de ese tipo, pero independiente de este, desfiles que en la actualidad no tienen nada raro en ninguna ciudad y en ningún país del mundo.



Vale mucho la pena

Por otro lado está el respeto y la tolerancia religiosa, pues como apunté en un principio, más allá del fervor religioso, que en este caso es católico tradicional, está por un lado el respeto a esta manifestación católica, pero que sin duda alguna, más que la pertenencia a esta religión, está que pertenece por entero al pueblo comiteco, en una de sus expresiones más hermosas de colorido, ingenio y misticismo, que insisto pertenece a Comitán, y que por tanto es importante preservar, como un libro perenemente abierto, en donde puedan asomarse los jóvenes, que en la actualidad solo están ávidos de videojuegos, comida transnacional, tiendas, internet, y todas las modernidades que los separan de sus raíces, que es importantísimo no olviden, para que puedan tener una idiosincrasia definida, una identidad bien esculpida y una cultura propia, idéntico a ese esfuerzo de mantenimiento cultural, que por casi dos siglos preservó la familia del esclavo en Norte América “Kunta Kinte”, quien siempre les dijo a los suyos; por ejemplo, que en su dialecto nativo africano guitarra se decía “ko”, y que muchas palabras como esa se fueron transmitiendo de generación en generación, mismas que orillaron a Alex Haley, uno de sus descendientes, iniciara una gran investigación, aun y a pesar de la vergüenza que sentían sus más modernos descendientes, que la gran mayoría “odiaban hablar de esas historias de esclavos”. Esfuerzo que más tarde culminaría con el reencuentro de los orígenes del escritor, y esfuerzo que hiciera posible, viera la luz en los 70’s: “Raíces”, uno de los libros más vendidos y bellos de la literatura universal



Más allá de lo religioso

Por ello es importante ya desde ahora impulsar ese rescate cultural, que indudablemente ya no es propiedad de una religión en particular, aunque hacia ella esté orientada, pues en este caso pertenece a la cultura comiteca, justo como ahora “Los Parachicos” de la tradicional feria de San Sebastián de Chiapa de Corzo, aun y con todo de que esta era, y ha sido una tradición eminentemente católica, ahora no solo pertenecen a esta religión y son ya parte del patrimonio cultural de la humanidad, lo cual le da ese “plus” que es necesario para volver a lo nuestro, a nuestras raíces, las cuales nos dicen quiénes somos y qué debemos hacer, por qué luchar, por qué crecer y la forma y la dignidad; con las qué conducirnos, así también para soportar el paso y el embate de los nuevos tiempos, pues llegará el día en que estas ferias; la parte comercial, emigre hacia las instalaciones de la feria, que para entonces será “de las ferias”, pero con la esperanza que la parte tradicional se preserve más y mejor, y más pura de lo que se ha pretendido ensuciar con borrachos y exóticas y extravagantes manifestaciones que no son propias de esta tradición, que además con el impulso que recibe ahora Comitán por parte del gobierno del estado, para convertirlo definitivamente; ya de una buena vez, como ese centro regional turístico, tradiciones como ésta resultan ser “un imán” para el turismo extranjero, nacional y de la entidad, los cuales viajan a Chalma, a Veracruz, a Mazatlán, a donde el colorido, el misticismo y lo ancestral, demuestran vivo un concepto cultural conservado y exhibido con orgullo.



A tiempo

Antes de que las ferias terminen y emigren a otras partes; antes de eso, y no vuelva a pasarnos lo mismo que pasó con la feria de Santo Domingo, en donde se perdió y se está perdiendo lo tradicional y se privilegio únicamente lo comercial…… antes que eso suceda, que bueno que hayan intentos sanos, comitecamente idiosincráticos, para oportunidades de desarrollo turístico y para ir en pos de nuestras raíces ancestrales, que indudablemente son una guía para hombres y mujeres bien nacidos, que no reniegan de su origen, que saben vivir y que por tanto saben valorar en la vida; todos los días, el formidable valor de la dignidad.

PERIÓDICO MERIDIANO - Martes, enero 18, 2011